Recordarte,
se me hace fácil.
Retrotraerte a este mi mundo, es como un aliciente, de Paz, amor y ternura!
Mis anios junto a tí, Abuelo (tías, abuela, tíos, primos y amigos de infancia)... fueron anios de bonanza, seguridad y bienestar.
Retrotraerte a este mi mundo, es como un aliciente, de Paz, amor y ternura!
Mis anios junto a tí, Abuelo (tías, abuela, tíos, primos y amigos de infancia)... fueron anios de bonanza, seguridad y bienestar.
Te veo
en mis recuerdos siempre activo y fuerte.
Con tu cuerpo robusto y alto como un roble que
nos brindaba protección y seguridad en tiempos
que mi padre luchaba por La Patria.
Con tu cuerpo robusto y alto como un roble que
nos brindaba protección y seguridad en tiempos
que mi padre luchaba por La Patria.
Tu
café, cual chocolate, que bebías sorbo a sorbo,
bien caliente y disfrutabas con tu mirada
AUTORA: Carmen Ariza
bien caliente y disfrutabas con tu mirada
AUTORA: Carmen Ariza
perdida en la lejanía.
Te recuerdo, sentados en la mesa,
esperando el almuerzo que dulce y abnegadamente
preparaba abuela, con sus ojos llorosos de melancolía
y su voz quebrantada por la ausencia y la nostalgia.
esperando el almuerzo que dulce y abnegadamente
preparaba abuela, con sus ojos llorosos de melancolía
y su voz quebrantada por la ausencia y la nostalgia.
Nosotros,
tus nietos, te rodeábamos en la mesa y
nos discutíamos el puesto para estar más cerca de ti,
pues siempre te ocupabas de poner en nuestro plato,
parte de tus alimentos que eran finamente escogidos
por la abuela, para ti.
nos discutíamos el puesto para estar más cerca de ti,
pues siempre te ocupabas de poner en nuestro plato,
parte de tus alimentos que eran finamente escogidos
por la abuela, para ti.
El
compartir contigo el almuerzo o la cena, era
"toda una diversión" y, a la vez,
una sorpresa para nosotros, chiquillos inquietos y,
a veces, hambrientos.
"toda una diversión" y, a la vez,
una sorpresa para nosotros, chiquillos inquietos y,
a veces, hambrientos.
Recuerdo
claramente como tomabas tus cubiertos,
partías el queso cremoso, blanco, apetitoso y
colocabas en pedazos de amor sobre
cada uno de nuestros platos.
partías el queso cremoso, blanco, apetitoso y
colocabas en pedazos de amor sobre
cada uno de nuestros platos.
Así
transcurría la infancia, entre platos, juegos,
comidas, dulces, barquitos de papel
en la orilla de nuestra acera,
justo al frente de la casa cuando solía llover a cántaros
y mi hermano Michael construía los barquitos de papel
que navegarían "allende los mares".
Al menos, eso creíamos.
comidas, dulces, barquitos de papel
en la orilla de nuestra acera,
justo al frente de la casa cuando solía llover a cántaros
y mi hermano Michael construía los barquitos de papel
que navegarían "allende los mares".
Al menos, eso creíamos.
Otras
veces nos la pasábamos en el patio de la casa,
construyendo carreteras entre el lodo que se formaba
en la tierra semi-mojada.
Eran largos caminos, donde luego colocábamos los carros,
camiones y camionetas que circundarían todo aquel largo trayecto.
Por
igual, jugábamos "bola" o bellugas de colores que construyendo carreteras entre el lodo que se formaba
en la tierra semi-mojada.
Eran largos caminos, donde luego colocábamos los carros,
camiones y camionetas que circundarían todo aquel largo trayecto.
corrían veloces al impulso de nuestros dedos.
Si, lo sé, eran juegos de varones, de chicos, pero
mi prima y yo participábamos de ellos con los primos,
hermanos, que a veces nos dejabn ser o pasar
de simples observadoras, a participantes del juego.
Esto sólo luego de nosotras insistir en el permiso
para ser también "protagonistas" de los viajes
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